m^¥ \AAAk\^¡^^^^ ^ ,,,„^s,i:r*í^-**'***'***'''" GAZETA EXTRAORDINARIA DE BU ENOS-AYB.es.. XUNES 3 DE DICIEMBRE DE- i&ip, t'i:::Rard Umjjorum felicítate , uhi sentiré qua et qtií^ sentías, dicere Tácito lib- I. Hist. , rr EXCMO. SENOU. J^* o escarmentados los enemigos del esfuerzo y cpnstaH|- ci% ae nuestras tropas, xjue aunque inferiores ^en nurriAro les^ liabian mostrado las virtudes militares, coijif), ^n la emf)0scaíd||^ del 17 de octubre, en que once hombres pusieron m/rQti?^^^^^. la. descubierta de mas de ciento, y como en el ataque Msp 4?,^^ Cotagaita, en que menos de trescientos hombres con dps piQ- : zas de artillería batieron á mas de mil trescientos , a^oyadoS|^ de diez piezas , y parapetados de sus trincheras poj: mas df, ^uatro horas, sin atreverse á salir al campo , ha st^ que iesea- ganados se retiraron en orden, consiguiendo solo reconocer él estado de sus fortificaciones, hasta su quartel de Tupizaí; juzgaron á nuestro exército en estado de debilidad tan coni- pleta, que sin darles lugar al descanso, les viaieron siguiendo por mas de 23 leguas sin poderles perturbar la marcha. Nues- tras tropas llegaron á esta villa , don^e fix.iron su quartel ge- neral por amparar sus habitantes, no obstante que en junta de guerra se había acordado hacerlo en Zuipacha , que está á 23 leguas de Cotagaita. Los enemigos, no sé porque motivo, de- sistieron del intento , y retrocediendo á su quartel , repasaron la penosa cuesta de la Almona: yo sospecho, que esta nove- dad fué ocasionada por el arribo del presidente Nieto á Co- tagaita con tropas y artillería de refuerzo , con el fin de con- certar mejores planes, y dar tal vez lugar á que tubiesen su- ceso feliz para ello las sugestiones y venalidades del virey Abascál , y de Goyoneche,.qvie con impresos abortando erro- res políticos, hechos falsos, y arbitrarias suposiciones, y con oficios llenos de tanto abatimiento como ds lisongeras, y vanas ^^^BH^^B^^ promesas, pensaron comprar al exército patriota, excede á los railitares venidos de España, donde por virtud del nuevo gobierno , se ha enseñado la táctica de fugar , manchándola memoria de nitestros abuelos , y héroes de ia milicia , que no- satros queremos renacer. Así lo verá V. E. en el pueblo y provincias que se salvan por la sabiduría, íidelidad , y des reí ^ defnuevo gobierno en el siguiente detall, que anuncié- a V. E: en el parte de las a de la mañana del día adel corriente- ; áésde mi alojamiento en Yabi. ^ _ Con noticia cierta de que segunda vez venian^ los enemi- jrós á atacarnos erí esta víUa, dispuso el mayor general Bal- caree su retirada á las a de la mañana del dra 5 , para mejorar de posición, pues aunque nuestras fuerzas podían siempre competir con las enemistas, estaba sin municiones mngunas de artillería y de fusil , sin^otras que las que tenian las cartiiche- ras. El 6 a las cinco déla tarde se posesioné nuestra exercito^ del punto de Nazareno, pueblo frontero del de Zuipacha,, con el rio de por medio , que conceptuó ei mayor general apa- rehte para conservarse sin recelo de ser atacado , j ^ ^^« ^^^ las 12 de la noche llegaron: las dos pieras de artiáena, muní- ciones, /dinero, y doscientos hombre, de refuerzo , que v^nicm^ Vmi avanguardia, Óbice avaní:ar a marchas forzadas. En el iZLo despachó el mayor general Balcarce un pvencrta ■ natural, que le había servido de éspia , que viniese a fup za„ en 'londe estaban los enemigos, y divulgase, que nuesu^as= tropas estaban suncamente di-ustadas ; que era -^^reina ^^ ta de Hmniciones; que solo temamos dos cañones y ^^f"^ ^..nmntádo V que solo esperabantos entender, que pen. "tnÍ " ¿-oJnlek^ , para Continuar nuestra^etirada. r^!n^tldalk-aron al conocimiento del general Córdoba^ ^'^ o arquíadquirió en el mismo Tapiza, determm^ ^4 b^á Wiíailos el da 7 con ochocientos hombres de sus tro- ÍÍ7 ms mas selectas, qnalcs eran los ele marina , infantería del fijo dragones, y de los voluntarios de la capitaU que traxo NiJto conquatro piezas de artillería. A las U ^de la manaaa del dia 7 se presentó la a^^ang^ardia enemiga delante de núes- tro quartel general ; la desmontó inmediatamente , y tomo unas alturas sobre nuestro ganco derecho, y sucesivamente P4MCÍÍCÓ lo mismo todo el exército , sin que en mas da una hora después hiciese movimiento ninguno , ni íampoco se advirtió por nuestra parte, pues se ffocuró ftener ocult^ nuestras fuerzas , esperando el ataque , ^m se nos presentaba. ■Como el enemigo se conservase en inacción, dispuso el mayor general, que avanzasen dos piezas de nuestra artillería, f una división de 200 hombres , con la idea de ver sí entraba ea función , á cuyo movimiento destacó el enemigo varias guer- íillas, que se resguardaron de algunas acequias, y pozos avan- %ados de su línea, y despachando el mayor general otras mas débiles, se rompió el fuego. Los enemigos reforzando las in- dicadas guerrillas , y nosotros retrocediendo algo hs nuestras ^e decidieron á destacar una cousiderable parte de sus fuerzas á perseguirlas: lo que observado por el mayor general Balear- ce, determinó que otia división, como la primera , y las mis- mas guerrillas retrocedidas cargasen prontamente, como 1^ verificaron con tanto esfuerzo , valor ^ firmeza y gallardía , que. en el momento se posesionaron de los parapetos enemigos, f entrando en ellos el desorden, se pusieron todos en la mas vergonzosa y precipitada fuga , abandonando las 4 piezas de artillería con mas de 2 mil cartuchos para ellas en 22 caxo- 3ies, sobre 70 mil tiros de fusil á bala en cartuchos, tres zur- rones de dinero, que tomaron 3 y se los distribuyeron los sol- dados. Se les tomaron dos banderas, mas la una no merece tal nombre, porque es un trapo enastado por jugarreta^ pero la otra es propia de la Plata, que juraron las tropas , quando Nieto desarmó á los patricios, y repartió á los arribeños. Se hicieron allí mismo mas de 150 prisioneros, entre ios qüales se hallan el capitán de granaderos provinciales de, la Plata D. Ramón García, y el de la real armada D. Domingo Mesa herido, y el guardaparque de artillería. Finalmente el rest© del exército enemigo tomó los cerros y caminos intransitables, unos á pie, otros montados, tirando los mas las armas, forni- turas, y quanto les estorbaba para salvarse. Por informes que .28 hemos adquirido solo arribaron á Cotagaita como 2 50 hom- bres estropeados^ que seguramente fueron los rnejor montados, y los primeros que, como et general Córdoba, ^Gompañad¿ 4el iniqut) cura de Tupiza La Torre, corrieron muy al prin- cipio deia derrota , llev-ando grabado en el sembkíite el es- pantó. Aunque los nuestros siguieron la derrota del enemigo,, ni pudieron hacerk) á mas.de tres leguas,, ni acertaron á dar '^con la ruta del general Córdoba, que hai^ia tomado el camino de Mochará, por el mal estado ¿q la caballería. Sin embarga ya se ábaiidonó el empeño de tQniar prisioneros , d^xandoles k 'i^n fuga, alejándose ellos mismos de su reunión , y maldiciendd los autores dé su suerte. La recolección de armas tiradas por ios cerros, y el despojo de ios veacidos fue el cuidado de k tropa vencedora , de modo que vinieron, cargados de armas,: fornituras, prendas, muías ,, dinero , y alhajas. Aún en el dm lectiida de recoger ^armas por los indios encargadas de €sta di- Kgéncia en lo mas áspero de los cerros, báro la gratificación,, "que les está ofrecida ; con cuyo motivo se enx:u entran kombrsgs, 'perdidos ,, otros muertos, otros mor ibundos. En suma, la derro- ísi-es tan completa , que el mismo Córdoba en oficio del dia si- guiente á nuestro mayor gene^ral Balcarce le cofífiesa ,. que ■aun excede á lo que á este le paríCóió. No hemos tenido míts ■que un Soldado de Tarixa muerto , dos onciales heridos, que ^soii el alférez de las milicias de Salta D. Eduardo Gaona , y el abanderado de Tarixa L). Manuel Alba rez , y 10 soldados áe diferentes cuerpos. De los enemigos quedaron muertos^ en el punto del ata- ■ i|ue mas de 40, que el alcalde del pueblo se encargó de recoger, y sepultar, ignorando los que falie-cieron en los cerros -de los, dispersos heridos , pues solo se recogieron catorce, que estao; €n nuestro hospitaL Entre los prisioneros enemigos hay uno de los que en la -acción de Santiago del 27 se pasaron,, y otro que nuestros soldados- encontraron herido, y acabaron á bayonetazos por indigno :' el que existe será pasado por las armas á la venida de Cotagaila, para donde se le dirige con la segunda divisionc. La misma suerte correrán los demás de esta clase, pues en es- la parte me niego á capicular. El resultado de la acción es prueba del mns'encarecído elo- gio de nuestro exercito, que inferior ea numero^ y ensu.quaín 29 *@1 , -supo -derrotar á un enemigo que eligió 'situación , y rom- 5pió fuego. Aseguro á V. E. con el mayor general , que. de, los oficiales y tropa no tengo 4 quien distinguir : no hay exer-. cito -Qn el mundo que presente el pecho alenemigo, y se sos- tenga con mas gallardía y serenidad en el fervor de la acción y- avance á la voz con mas intrepidez , que el nuestro. Yo sé que seáta columna de la vanguardia bastara para el exerciro, que ¿i" CQn qu« prepara el virey Abascál^ y mandará Goyoneche;. .^y que será uniéndosela la del centro que ya llega á este quar- tel, la de retaguardia que sala de Jujuy, y el cuerpo de reser- va qu^ queda en k garganta de la sierra? Los taríxeíios, sal- "teños, tucumanos, santiagueños , y cordobeses son tan bu.e« ñas, quaudo tienen oficiales y xefes de provecho, como son. las tropas de la capital. A todos he dirigido las mas cordiales expresiones de satisfacción, y les hs asegurado una completa recompensa €u la gloria á que aspiran, y ea el interés de su libertad civil, franqueándola á sus hermanos oprimidos por líi ambición y despotisiiio da los mandatarios del. antiguo goblerao, que, prevalidos déla suerte desgraciada de España, de la ca|>,-» tividad é impotencia del desdichado Rey Fernando, de la ín-- certidumbre de un gobierno representativo legitimo y de la ha- bitud servil en que ellos mismos han tenido á ios pueblos áq AniériGa, creyeron hacer su mejor fortuna, erigieridose en so-; berano para tiranizar mas impunemente, y presentando al üti estos dominios á Bonaparte por adhesión á ia Metrópoli. A fe que también sabe V. E. esta verdad, como yo la sé, y no lo ignoran ya los pueblos, y nuestras tropas quando saben que Godoy, Soler, Asansa, 0-farríl, Gaballero, Ma2:arredo5 Solano, Borja, Xaodicéa, y otros de nías alto rango, nías beneíicLidosi del Rey, y agraciados de la nación indiscreta y mas osteotadures, de fidelidad y predicadores de la lealtad, que los vireyes , go* bernadores, prelados, y ministros de América han disuelto el reyno, entregado al Monarca y escUvÍ2;ado loh pueblo? de Es-. pana. No ignora ninguno de los que ms siguíín , qae,dQta-f les xefes todo es de temer , y nada hay bueno, xjue esperar. Tengo la complacencia que hasta nuestros heridos, visiran-^ dolos me dixeron con señal de ingenuidad, que estabrta tanper^ sua.didos de la justicia de nuestra causa, que sentían ro respirar el ultimo alienta en la dem^?nda, creyéndose gloriosos, y cooso- háos del dolor á vista ád raotiva y ocasioa d^ §us heridas. 3^ En nombre de V. E. , y en usó ''de las altas facultades, que me há trasmitido al exercito y provincias he concedido á los que resulten inválidos de esta campaña el prest integro; á los que fallezcan de acción de guerra igual goce en lo liquido, á sus mugeres y padres pobres. A los soldados Miguel Ga- llardo y Alexandro Gallardo, que en el ataque se dirigieron á arrancar la bandera de la Plata, y lo verificaron les hé concedido á nombre de V. E. el uso de la divisa de sargento, y cincuenta pesos á cada uno de gratificación. Y los que asal- taron la artillería quatro pesos á cada uno. Los naturales porción nobilísima de este estado respiran y Ten el fin de su abatimiento en el principio de su libertad civil; están perfectamente impuestos de la causa, y bendicen al nue- Tó gobierno. Concurren sin escasés con quarito tienen, y sir- ven personalmente sin interés, y á poriia. Al conducir artilie- íía se pegan 300 indios , y ep hombros trastornan con ellos los cerros mas encumbrados como si fuera una pluma , y andan remisos para tomar dinero, diciendo que es la vez primera que 62 les paga por servir al Rey. No han podido nuestros rivales hacerles formar ideas siniestras de nuestra conducta. Gon la diferencia , de qu^ han tocado el desengaño bien encontrado, pues han experimentado de ellos el saqueo, que les hacian te- mer de nosotros. Sin que nadie les mandase, los indios de to* dos los pueblos con sus caciques y alcaldes han salido á encon- trarme, y acompañarme , haciendo sus primeros cumplidos del modo mas expresivo , y complaciente hasta el extremo de hin- carse de rodillas, juntar las manos, y elevar les ojos, corrto en acción de bendecir al Cielo. En solo la carrera de Jnjuy i esta Villa cuento con mas de 3 mil indios de armas , á la vez que los pida. Creo suceda lo mismo en adelante : conozco que sus disposiciones *son ventajosas, y que baxo la dirección de unos curas, cuya adhesión al nuevo gobierno, me es constante á excepción del de esta villa , sin que por eso encuentre varia- ción en los sentimientos délos indios; no dudaré, que éstos nos sean adictos sin violencia, y gratos por conveniencia, que. les resulta de la mejora de su suerte. El mayor general Balcarce , á quien solo puedo elogiar di- ciendo, que conocí su mérito , y que me glorío de haberlo propuesto eu J unta , para uno de los xefes de esta expedición. MMMMtti atmutm m me toma por mediador para que en su nombre ponga á los pies de V. E. esa bandera tomada á los tnemigos. Yo tengo el honor de aceptar un tes. . timonio tan rccouiendable ád primer oíicíal de nuestro exército , díngíen-. dola por mano dt-i capitán de patricios D. Roque Tollo, á fin de que- V. E. la destine á la sala del Rey D. Fernando coo las que adornan su; retratí ,— Dios guarde á V. E. muchos años, Quartel general de Tupiza 10 de. noviembre de 1810.— Excmo, Sr. —Dr. Juan José Gastelli. — Excmo. Sr. Presidente y Vocales de la Junta Gubernatiya del Rio de la Plata. La victoria de Zuipacha , que V, S. ha conseguido ayer , es mas com- pleta que lo que le pareció , pues solo ella ha decidido la suerte del Perú, ' correspondiente al vireynaío de Buenos. Ayres. Ayer era enemigo de la Junta V que ha establecido para; su go-bierno ,. y hoy no solo me someto a ella reconociéndola , sino que de acuerdo con todos los oficiíaes de este es^rcito , y tropas de él , la hago baxo los artículos siguientes. 1 h'AS vidas y haciendas- de todos los ©íiciales , sargentos , cabos y soldados de este exército , que sigan la missua opinión que acabo de refe- rir , serán respetados, y conservados sus empleos é clases,, sino se hi- ciesen sospechosos al gobierno. 2 Estos mismos oficiales, sargentos , cabos y moldados unidos al exér- cito de Buenos. Ayres, servirán , si se consideran iiíH-esarios , para la su- jeción de la Paz y j oponerse ai exéreito , que se está alistando baxo laS; órdenes del Sr. Goyonechs* 3 El mayor general del excrcito, que h* sido comandante general d@ él , no aspira a otra conseFTacion , j sisólo á ser soldado de la patria^ pues está segura, que lo sabrá desempeñar ,• y se ha desengañad^» del* cautela con que ha obrado el presidente de Charcas, á quien dtíxa seguÍF libremente su fuga , por considuracJou a su caduca persona , pero envlaf- ©tíciales de su cüufiuuza con las meiores tropas , para que retornen hoj mismo los caudales del Rey, y rejurUtn las tropas, que se ha llevado para su seguridad, á quieocs habla con uíva proclama, v espera ser oido, 4 Las tropas que del exercito de Buenos-Avres se han pasado al del Perú , serán absucltas de este delito, y sin castigo alguno subsistirán cta sua- €lasp«;. La situación eri que me baila de tres días y tres noches sin comer , ni- dVirmir , me hacen d no poderme extender; pero el oficial que envió de parlamentario, es de toda mi confianza , y manifestará por- ahora los sentimientos de mi corazón , advirtiendo unicameata á V. S. , que soy taa- grande en mis pensamientos, que la capitulación que formo sobre las vidas- de mis subalternos, no me es comprensi^-a , pues t&ngo tan-to amor propio, y vanagloria, que solo aspiro á hiicerrae memorable en mi nación pov los términe)s de heroycidad —Dios guarde á' V. S* muchos años, Santiago de Cotagíiita 8 de noViembre de 1810. — José deCordyba y. Roxas^ — St, íh A^ñtotiio González Balcarce, impuesto del oficio de V'd. de ayeir , y de lo que el oficial portador,, ^ parlamentario ha expuesto ; como sometido estoy á la decisión del Ex-crno; Sr. Vocar de la Junta Gubernaiiva de la capital , y su Pler>ipoteDCíario Representíinte, investido de todas sus facultades Dr. D^ Juan José Castf llij . que se halla en este quartel general de mi mando , debo responder á V<\, con la disposicioa de S. E. , q«e toda esperanza de «na .prudente conclu- sioQ efl ias presentes difcreacias , y proposiciones de Vd, ^ habr4 de ase«' 3'Sit-í ^ guraHe ios efectos á^ sa sometimiento á la geriaros'ükd del gobierno d© «st-as proviacias : pero ante todo se lian de poner á disposición del Exmo. Sr, Reproseiítiintelaa^ personas de D. Vicer.te Nieto, de D. Francisco de Paula Saftz , de D. José González de Pracia, y de otro qualquiera xefa d» protiacfa d^I TÍreyaato , que se haya coludido coa el presidente iNieío, ínteiHleaíe Saaz , y TÍrey Abascál, que son ios autores de la rivalidad es- candalosa entre pueblos de un misino soberano , idioma, religión, y ^o- •bierfto, exponiendo la integridad, y conservación de los derechos del Rey D. Fernando, á la suerte mas infausta, — Dios guarde i Vé. mochos años. Quartel general de Zuipa-cha 9 de noviembre de 1810. — Antonio González Balcarce, — Sr. D. iosé de Córdoba y Roxas. Aiivigo -Balcarce ; eramos amigos , fuimos enemigos , y volvemos ala amistad. Veaei^ Vá. en la lid, y aliora estoy dando las órdenes mas activas para qse se rejunte lo que ha esparcido el indigno presidente. Reconozco la Juata, rae soEneto á ella, lo misiBo hace esta marina, y lo mismo haráa las tropas que yo he mandado, pa-es paraeüo he dado órdenes muy estrechas. Hablaremos quaisdo eos Teamos : dé Vd, órdeBes á sus tropas para que Bie gaarlen la consideración de mi persona , que cuente Vd. con que el Fér-ú está ya sujeto baxo la dominacLoii de la Junta. — Oirá, a, Vd. Sotnalo lo que no tengo tiempo ni cabeza de explicar, y queda de Vd, su siempre amigo — Córdoba. — Sr, D. Antonio González Balcarce, ' > La anterior cspitHlaeion, y la carta privada de Córdoba, muestran la al^a basa de este pillo despreciable. Si no lo conociéramos , deberíamos ereer, que envoívia una estratagema milílar ; pero ese hombre inmoral, cuya vida ha gldo ua texido de crinienes y trüí^^nerias , dio la ultima prueba de su poco pudor , por salvar del ^.rimer peligro en que se ha visto. Desa- fio á que se me musstre en li historia un ejemplo tan indecente, como el que Córdoba nos ha dado. Constituido general de un exército , jura nues- tro exterminio , y hace aíarde del pabellón y derechos del Rey , que cree seguir contra isnos insurgentes , merecedores por sus delitos de el ultimo suplicio: sin embargo, apenas se Té vencido por las virtudes y pericia de nuestjras tropas, muda de lenguage enteranjente, reconoce la Junta, que antes reputaba criminal; abandona la causa del Rey, qae antes afectaba seguir , y se ofrece de soldado para atacar á los realistas de la Faz , á quienes antes estaba unido. Estaba reservado á D. José Córdoba este exceso de impudencia, y un hoaibre tan indecente nos agra- via mas con pretender entrar á nuestra sociedad, que con habernos atacado. ¡ Ciud^idanos de Buenos-Ayres I los marinos que están frente de vosotros no son mejores que su compañero Córdoba ; el rango de la cuna , y el lus- tre de la carrera eran los únicos fundamentos de la impunidad de sus crí- menes , eran el velo, do su igiiorancia ; ninguno de estos dos apoyos ha faltado á Córdoba; él era hijo de un teniente general , era capitán de fragata, le habéis siempre visto á el lado y en la confianza de los primeros sefes , no lo creáis inferior á sus socios ; ellos le imitarían seguramente; pero el gobierno , que jamas os ha engañado en sus promesas , os pre- sentará dentro d^ poco tiempo un espectáculo , en que veáis reducidos k polvo los pérfidos satélites, que te han conjurado contra nuestra patria. Con superior permiso en Buenos-Ayres, En la Real Imprenta de Niños Expósitos,