EL DIRECTOR INTERINO DEL ESTADO A LOS H Aill TA NTMS DE LA PROVINCIA DE BUENOS- A Y RES 1 — i i wr Ciudadanos: -Aceptando el Gobierno á que me destinaron en calidad de suplente vuestros sufragios; venciendo toda la rcpuiín.mcia que me inspira el íntimo conocimiento de la debilidad de mis {ber- zas , creo no haber dado ¡amas una prueba men. s equívoca de mi obediencia. Sabía yo quantos cuidados, qnantos sobre- saltos os causaría el exercicio de un poder de que habéis expe- rimentado el abuso en tantas manos; que escarmentado el zelo harías recaer sobre mi comlu-cta algún día vuestras sospechas, que siendo ineficaces mis buenos deseos para desarmar la prevención, llegarían tal vez á cambiarse en otros sentimientos el aprecio y la honra con que me habéis distinguido por generosidad. Si esto se. verificara por desgracia ¿qué otra mayor pudiera sucederme que la de perder vuestra estimación v v.uesira confianza? Veis porque creyendo lo mejor dispuse el ánimo á seguir vuestros consejos en mis resoluciones , y á no respetar otra ley que la de vuestros votos; pero he tocado en mis primeros pa- sos el desengaño porque os conformáis mal en vuestras opinio- nes, y nada pedís que no haya un núm. igual entre vosotros mismos que lo contradiga. Reliquias palpables en -mucha par- óte de los extravíos anteriores, y cortseqüencias oor otro de las circunstancias difíciles en que se encuentran los negocios. De todos modos, siendo preciso hacer algo por vuestra sa-" lud , sin perder la constancia entre tantos obstáculos empezé á dictar mis medidas, implorando las luces agenas y ayudando la escasez de las mias con la buena intención para asegurar el acier- to. Vosotros sabéis que una contradicción menos moderada pu- so á prueba mi sufrimiento , y que elegí por mejor partido el de la condescendencia para quitar hasta injustos pretextos de discordia. Los ánimos parecían haberse serenado, yo no tube motivo para dudar de las promesas que me hicieron, según lo con- cebí de buena fe los que habian dado un exemplo tan singu- lar de insubordinación; pero mi indulgencia solo sirvió para ha- cer mas osado el ataque contra la autoridad: se convirtió el ruego en amenazas, la disciplina militar iba á ser destruida por sus fundamentos , la anarquía trepaba ya los primeros escalones del poder; recordé que no era mío el honor y los respetos que se ultrajaban, y sacrifiqué mis naturales sentimientos al interés de vuestra seguridad. Sin embargo no queriendo fiarme solo de mis consejos me puse de acuerdo con la Honorable Junta de Observación, y Excmo. Cabildo, para tomar una providen- cia contra los perturbadores conforme al artículo 21 del Estatuto Provisorio sobre la seguridad individual, y tan suave por todas * *~ L - L " 7f-t?t sus circuiitncm qi- pare 23 quedar oculta la gravedad de sus yerros; y aun asi yo HV dispuesto sujetarlos á un juicio sqlem- ' ne, no porfíe pueJi ' aáadirse uri solo rayo de luz á la eviden- cia, sino porque la cavilosidad y él resentimiento no tengan como desacreditar mis medidas. Vosotrros estáis bien instruíaos del suceso antes que yo os lo haya anunciado, y creo que para ser menog sensibles nuestras desgracias, será mejor correr un velo sobre los nombres de aquellos que nos las han causado Por lo demás yo espero que poniendo toda vuestra confian- za en mis^ repetidas protestas, me pidáis sin recelos quanro pue- da convenir á vuestros intereses y á los de la Patria, seguros de ' que respeto mas las relaciones que me unen con vosotros co- mo vuestro Xefe, que qualesquiera otras bien sean las de la amistad, ó de la sangre. Pero si alguno tomase el partido de no creerme, y empleare otros medios reprobados por la ley para sorprehender la autoridad; tenga entendido que la sosten- dré con resolución exponiendo si fuere preciso la existencia. Lí- mites tiene el poder, y yo juro no excederlos; vuestro es pues que me lo habéis confiado, y es por vuestro propio honor que yo exijo la obediencia. Buenos-Ayres Mayo 30 de 181 < ~ Ima- ck Alvar ez.^ Gregorio TagU, Secretario. ^ Buenos-Ayres : Imprenta de Niños Expósitos.