af: ’ v ? ©v-o-o-o-o-^-o o <é ■■■■Pipi , . ,)s>--0 «!>-< >-o oo-oo^ lilffililllIMT® • • DE LA SOCIEDAD DE SAN VICENTE DE PAUL. TE ADUCJDO DEL. FRANCÉS AL ESPAÑOL. | IMPRENTA DE E.-J. BAILLY, $ PLAZA DE SORBONA,^2 | Í847 ‘O’ - Q •00"0-0”<3 > -<2r -OO ©^O -0-0--<3>-<3>- O- O -O-O-O- O -O -O -O -O- <5> -O 0-0 -OO -O -O -O -O O -O -<3> O -O «8>-<3>"0- Q-O-O O ^ o- o í: REDUMENTO DE U SOCIEDAD DE SAN VICENTE DE PAUL. REMITO 1)8 U SOCIEDAD SAN VICENTE DE PAUL. TRADUCIDO DEL FRANCÉS AL ESPAÑOL. PARIS. IMPRENTA DE E.-J. BAILLY, PLAZA DE SOBBONA , 2 . \m. reglamento IIE LA SOCIEDAD SAN VICENTE DE PAUL. Diciembre 1833. Hé aquí por fin el principio de orga- nización escrita que tanto deseábamos. Largo tiempo la hemos esperado , por- que hace muchos años que nuestra aso- ciación existe. Pero, ¿ no era preciso asegurarnos que la voluntad de Dios quería su existencia antes de darla una forma fija? ¿ No era preciso darla asien- to, y que supiera lo que el cielo quena — 6 — ” ,0d0 ’ Uerc - STArfrpc. religión enTlI 6 , d ° gmas de h 5«e había Pnf acaIora( las discusiones •ivjtáis cuales se consagraron, v de aquí tam- bién la Conferencia de Caridad. Acrecida nuestra Conferencia, y obli- gados sus individuos por esta razón a dividirse en secciones, muchos de ellos deseosos de reunirse en otras ciudades donde se veían forzados de residir en adelante, quedó á cada una de es as secciones el nombre de Conferencia, las cuales son comprendidas bajo la denomi- nación común de Sociedad de San tente de Paul. Nosotros evitarémos de dar jamas a nuestra obra el nombre de cualquiera de sus individuos, cualesquiera que sean los servicios que haya podido hacer a , ni tampoco le tomará de los sitios en que se reúna la Sociedad, para evitar que no nos acostumbrémos á mirarla como cosa mundana, cuando las obras cristianas solo pertenecen á Dios que es el autor de todo bien. ~~ o — Un sentimiento de nie^i es h que nos ha reuní v T razón solo en el espíritu de’ ]I ^ . esta y «o en otra part e P en | d rell S'on, palabras de ^stro Señoí Y damienlos de la M OÍ - ’ ” ni;j n- Sta<¡e n u; ta “„ d S b «®'f'»r«. también nos Vm ní 3 ‘ ^ 0r esta razon lro„,l„d”7, w . pi,es , ,ob, J»«) ja- san y¡ M llp"‘r* I v "s®, y de «•sramos ue culto pitia™,? do r de “e“'>™«ta.í fm °- Jesucristo ha nraetic^ic’ • & é ! cZüZZ 7 d T s deseo es de imitar nuestro ^„„ U es un amor ^ i'£ lP;í las máximas del F asoci ^os meditar estas v¡rt„* s “/t 0 c,n,T' - n viene recordar aqui estas mismas máxi- mas v dar sobre ellas algunas aclara ciones aplicables á nuestra obra. 1» : Por abnegación de si mismo debe entenderse el desinterés de sí propio , sin el cual ninguna sociedad puede durar largo tiempo. El hombre apasionado de sus ideas, de sus pensamientos mnj con desden los de los demas, el despre cío de sus hermanos, lejos de unir, en- gendra la división : nos conformaremos pues gustosos en el parecer de los otros, Taun cuan| l° ™ estras P r °P° S1C1 f e sean desaprobadas , no por esto mostra- remos pena ni resentimiento. Nuestra benevolencia será sincera y sin limites. Evitarémos igualmente todo espíritu de contención respecto de los pobres, y si acontece que alguna vez no quieren re Airse á nuestros consejos no nos ten- drémos por agraviados. No trataremos jamas de imponerles nuestra autoridad, bien les exortarémOsti vCS?* d hacerfruSa^üeSirpai es su voluntad. ‘ palabra , si tul pobres /iofhavTue^r ^^f^' Entre Jos cristianos, encuentr nen la dicJl a de ser lambien ’ V á los que se hallen on f m ? S desech ar "» otante, nuestro le ^“« Aferente, esto p<= ^ ÍJ o ua #e debe ser ^¡o^^CÍT' “ ,u d “- agimos, teniendo p esenfe^rf n ° S di ’ encarga á sus discLd ^ 5 JeSUCrísto dencia de la !w • p, 7 0s de UDir la pru- la Paloma. El beneficio ¿ k . SencilIez ^ «las la confianza ^pOr^hm™ a ^ as a l" ral nos prepararemos las V 0 ?T C ,° rp °' Alosna espiritual Qo laS a ^omend¿fÍ S r^ C f ntedePa ^ Practicar aquella £,£ ? 1CU arjnente de tildantes de prodigar esta. — lo — I os wbres son de diferentes sexos. Como a Sociedad de Caridad se compone ma- .yormente de jóvenes, estos no debemn lamas olvidar que su mm M no se es^ tiende á las personas ióvenes 1 sexo no sea que queriendo P rocurar salvación á los otros, encuentren ellos ¿ossuprópiaruina.Esprecrso^ mas evitar hasta la apariencia de mal y todo aquello que pueda escandaliz losdebües.^^o^ ^ prú j im0> y e l celo de la salvación de las almas: en estriba toda la Conferencia de Caridad, de la crjfitios con |J t rf,i' ,“ ,K,:i «»M- «PWdonj/ ^d„„o yen|a Poyamos adoptado „w„! pobres k separables. SerLI , ’ son w* «'«.jenresobreS*^^ - 15 — imperio : Beatimites, quia possidebunt t errara. El espíritu de mansedumbre y humildad es principalmente neceser , cuando se trata de dar consejos, de ex bien Sin mansedumbre el celo de la salvación de las almas es como nave sin 5» • Lo que concluirá de hacer la So- ciedad de Caridad útil á sus miembros , Y edificante para los demas, es el espi- ciones de nuestro divino Maestro, y de su Apóstol predilecto, nos miaremos lm unos á los otros. Nos amaremos ahora y siempre, de cerca y de lejos, de un Conferencia á otra Conferencia de una ciudad á otra, de un pais a otro a s. Esta amistad nos ayudara a sopmtar fácilmente nuestras faltas recipro • Barémos crédito á las faltas ^ nuestros hermanos con sentimiento, y solo cuando K a xs r ijr vM '" ci ‘‘ ,ete con ] a voluntad de , C ° nfírmarnos «ado á todo sclcudTlr hacon - í 'nicuiquQ mnndamt /J° d< H prújim ° : suo : ent ónces, en esn írítli A* proximo con toda la efusión ,i P Í de candad y '"“fro hmraiio vad£“? “' hatlr •' aí^ fflos4forla| ^ « caid». á levantarse de s „ T , eI hlen ? y miembro de ] a Ton f aida> Sl algún sus cohermanos le visíterán T eDfem °’ si es posible ; si J a le S uar darán «.*«P«ur«r e SS eSP í. ¡ * ro - sacramentos : en unÜf t ? c ibirlos y los gozos de cada uno H ^ 3S penas r an comunes á de nos otros se- de] Apóstol ane nr , ( , 0S, s cg un el consejo gue lloran, y alegrarn^ 3 Porarc °n ¡os San Vicente de Paul «1 C ferencia de Vaul sera otada, como 17 - un modelo de amistad cristiana , de una amistad mas fuerte que la muerte, por- que nosotros nos acordaremos frecuente- mente ante Dios, de aquellos hermanos que hayamos perdido. Este sentimiento que hará entre nosotros, de todos los co- razones un solo corazón , de todas las almas una sola alma, cor unum et ani- ma una, hará que nos sea cara nuestra pequeña Sociedad fraternal , la bendecí- amos á causa del hien, por pequeño que sea, que ella nos ha puesto en el caso de hacer, la amarémos tiernamente con una afección mas grande que a cual- quiera otra obra semejante, no a causa de su excelencia, ni tampoco por or- gullo, sino como aquellos lujos bien educados que aman á su madre , pobre y disforme, mas que a todas las de- mas mugeres por ricas y hermosas que ^ean. — 18 — Alguno >s otras consecuencias de las l^mas precedentemente expues- caridad l° ! V * C *° S nias opuestos á Ja candad cristiana es la envidia v™ . nos guardaremos de ella na’ t T Jos unos dp ln- r.t ■’ 110 tan solo respecto de Jas A*’ S1 o qUe tambien ±i55£5&- SSS:?^ sótros. Nuestro K^ 611461 ” 6 ” 4 ® de no ‘ mundo se tdLÍ ^ que todo eI dedique a hacer el bien, á — 19 — socorrer á los que sufren : Qm tribual nt omnis populus prophetet ? Hay mas, aunque nosotros profesemos a nuestra pequeña asociación un amor de prefe- rencia, la juzgaremos con todo, inte- rior en mérito á las otras, y veremos solamente en ella ( como lo es en efecto ) una obra formada, no se sabe por quien, ni como , que nació ayer y que puede morir mañana. El mismo espíritu nos obligara a de- sear ver los cargos de la Sociedad con- fiados á otros antes que á nosotros mismos. Nos acordaremos sin cesar que no so- mos mas que unos simples seculares , y la mayor parte jóvenes y sin encargo de enseñar á los otros. Escucharemos pues, tanto sobre este punto, como so- bre todos los demas, con la mayor com- placencia, los consejos que la Sociedad y sus superiores se dignen darnos; se- — 20 — Silw anpf” la . inayor sumisión el ca- mino que los señores eclesiásticos crean deber trazarnos. San Vicente de Paul quena que sus discípulos no empren- áiltísSlTe gUn r bUena ° bra Sin obtener ntes el beneplácito yj a bendición de SmTSS r ' Tampoco har «mos J mas nada de nuevo é importante en ántesTÍe’r 6CleSÍá f tÍCa Sín consul ter XL/ÍT 86 haUe reves tido de ella nada absolutamente harémos con ra la voluntad de la autoridad espiri- tual y miraremos como un verdadero mal el bien que tratásemos hacer contn su voluntad. Estenderémos haS ciel punto, esta deferencia á las religiosas y hasta a los legos que tengan que )] G - mr los oficios de la caridad en W de aquellos que nosotros queremos tam bermano? d °a mferiores á "«estros manos, y de ser los servidores é — 21 — f-cc trjsríf* “& s« mM i»* *jjsr¿ l„j dones de l)¡os, q«« “ “ h ^ a l um . T" í »l M« N “ eSt '° *”°' brar el sol para excepción parecen el P'°j ““ ta ““ e te pote*» 6 de personas , e pobreza r** jSSSwi t«- ata:s r Bi six“»ó¿^ •— I» "> dmLmftZ n”r * * 8 : rémos un interes especial ' T¡* T*™' ciados que teñeran if al ! S des o™- tianos. v que iustifi iC ' a de ser cvis ~ mediode IZT qUm este tituI « por S»n manda’practicH'' 1 " 1 ' 8 ^ ** rel¡ - «4oítlv arM,d > *> «w4Te Sra?I n ° ! "erSfirfaS 118 ^divideT^ razón deben )nc s * 9 0n mas justa nerse unidos' y ejercer un^n- carid i/t a K * " , ce un ministerio de í o ,i Os- * i"* p«4 políticas que excitan los partí- dos los unos contra los vocar entre ^ las “ Nuestra Sociedad que dividen el m por C onsi- cs enteramente caritativa , y P "* 5 *2 para ser admitido _ ^ ^ confia nza y que candlda ]f ^ gtros hermanos. Sería estimación do nu e \ par tici- S para iaC- ¡la ««mmarémos si « nuestra Sociedad , nosunen, proceder crisli.no 12 “e?Ur de loe ln.i 8 nito»l« ""«VOS rniümlirus e8 ¿ .,„ e]e “'™ * Povíancj'a ; l lem „, Pande ¡m- al S™as defccioms «“ deplorar Tal es Ja debilidad , a SJeni pre ! tant0 ’^ Sociedad ^0 ÁT am! P ° r lo ni será propm á lla «ta tanto que sis 2 r a,gm °> recomendable para toda ^ k hagan debe acompañar d ce ] 0 hh^T P estamos encargados del bieD . qU ® . q C0 demos hacer. Por otra parte, tempoco debemos desanimarnos cuando veamo teZ resultados de parecen poco importantes : Dios n S tal vez que seamos testigos del bien que producen nuestros esfuerzos y sacrificios. Nuestra caridad tendría en- tonces menos mérito y nos expondría a la vanagloria, al verla siempre coronada ^ Es menester que la prudencia cris- tiana no nos abandone jamas en el mi- nisterio que llenamos con los pobres. — 26 _ las grandeí pSonesfo 63156 ? 1 '^ m ‘an con maña, l os recuÁ P ° breS ocul * te J> er ««os mismos paTE^Í" ellos la atención, y Scin S ° brC medio, de aouelíoJ P p ' P or es( e rían ser distribuid , ec ’ irsos *í ue debe- nos de una desconfi f ° ír ° S '. Sin arma r- el) os, la circunspeccion a e njUrÍOSa Para "o es prudente ¿ sabio f CeSana ' a su primera declaración Créd ‘ to Zon Cuernos la costumbre yj^f ra ' los cu™ que se hallen en ’clso d ^ ^ ei ' S0Das sobre su verdadera posición Es ¿r ™° S que poseamos la previsión p ecjso tienen rarammf! l Jos Pobres la efectivamo t ^ ’ 81 qneremos ser ’ mUy precar¡0 y nada honorífico — 27 — ¿aquellos, sobre todo, que pueden por medio de su trabajo , procurarse «la sub sistencia, les estimularemos nuarse para ganar su vida Jes mdi^ carémos los medios de tr ^ a J° ’ J ayudarémos á obtenerlo. Si esten en fermos ó fuera de estado de traha ^ r ; segundarémos sus negociaciones para ále se les admita en las casas de asilo fundadas para los viejos, achacosos 0 "TZ, no nos avergonzamos de dar limosnas pequeñas, lo que es poco ¡ íos ojos de los ricos es mucho a los de pobre que no tiene nada. La pequenez de las limosnas es una de las conám - nes de nuestra existencia; no tenemos i recurso mas que los dones volun- tarios de cada uno de nosotnos , y aun que no basten á hacer socorros conside- rables, nuestro tierno ínteres , nuestra consideración misma imprimirán a núes- >nMno* 0 ^! , ‘'' 0r ’" epor '“»'»>k- «***> y* por L,m'oC17’ 7“'^ á reunirse á estos c™, a " des P ucs Jos actuales bastaran ó ", eCe . 8anos ’ P ero conducta futura. US rar nuestra *9 disposiciones generales. . , La Sociedad de San Vicente TpCTfS»- 4 “ ism “ í. N'mgona obra de ^““rriet^aUav-,. que tenga esto por ¿ As { e s, sita de las femüie* Sociedad apro- vecban te »»»‘» tetvuc- i te enfetmos J « tbandoM a„, ó Snáte ;V" rt f ^rcSr¿v»"“ >f “ir e»u» ciudad dad son en gran nu ’ ^ j prác- fin de excitarse mutuamente Y — ÓV — ' del bien «=-, i? a t t"l° de Conferencia- T™ tmaeI t¡ ‘ ia J° el cual la Sociedi / 06 68 ei mism ° íir. sociedad comenzó á exis- tidas muchas 1 Gonf Una C ' udad esta “ tinguen entre ella^Jf?^’ se dis * P° r haI,an ""‘4 b P °‘ un consejo general. CAPÍTULO l DE 1AS COíf F£HENClAS. » ta SeeSf, «“‘e.m,m ¡ ca*„ re á fin ,le edificarse, de ayudarse, ellas, a 11 ¿ e necesidad a de recomendarse ei Sociedad, ó bresque cambian de residencia. 8 1 . Organización de las Confei en cías. 8 Cada Conferencia es administrada que forman el despacno también en cada Conferencia *- ’TkZ idente eeeWdotoO*^ ferenci*. Los a ™p r ^“5'“““¡evio el pamwrda^peebo- No obstante, como — oz — llevamos dicho . en hí • ^2íS ü ^«*Lír rijeiacmta “ ¡ ». “ Nmeh ^° 41. El Secretario forim v ti s r ario de ]as sesí ° nes - 0 P^¡omsyZSST e / C,mmh ^- te?«eh,„ sMopreseiltl J¿»rede — OJ — en cuanto sea posible : » V18 "" q , 0 _ familias dignas de su ínteres y ^Inot las mutaciones que suceden k las familias ó á los miembros que las vi- Slt 12 El Tesorero guarda la caja, toma la nota de las entradas y salidas de sesión sti^ivos al alcance de los corridos por la Conferencia, y tiern cm Tdo de los que dá ó de los que presta. 14. El Guarda-Ropa recojelas pren das de vestuario pertenecientes a los po- bres , y conserva una nota. § 2. Orden de las sesiones . 15. A la apertura _de cada sesjon^l Presidente recita el \eni , artC _ 54 — ritus, seguido de la Oración, y de una Invocación á San Vicente de Paul. Hacen una leyenda de piedad en un libro escojido por el Presidente. Cada cual la hace á su turno. La oración y la lectura deben hacerse con la mas profunda atención, la Con- ferencia teniendo por objeto el fomentar la piedad de los miembros y consolar á los pobres. 16. El Secretario lee el proceso ver- bal de la sesión precedente, sobre el cual todo miembro puede hacer las observa- ciones que juzgue por conveniente 17. Si hay lugar, el Presidente pu- bbca la admisión de los candidatos pre- sentados en la sesión precedente, é invita a ios que los presentaron á communicar- les su admisión. 18. Si se presentan nuevos candidatos, el Presidente dá á conocer sus nombres. Los miembros que tienen que hacer al- ! — 35 — , Tima observación sobre las candidaturas, guna ooseiv de labra a i la transmiten por escnt V Presidente en el intervalo de la sesión mlp se hizo la presentación a la sesio i siguiente. Cuando no hay observacione L harcr los nuevos candidatos son ad- mitidos definitivamente en esta ultima SC Cada miembro debe ducir en el seno de la Sociedad so amente fuellas personas que puedan edificarse tío dificadas,yqueamenásusco- lecas V á los pobres como a hermanos. 19 El Tesorero hace saber los fondos que contiene la caja, y la suma déla co- wta hecha al fin déla sesión precedente, susdemaiidas de socorros á los recursos i»*»*— e„ M P S. que rían Be 8 m te Bec®- dades de los pobres. Cada miembro, cuando el Presidente lo requiere, dice en alta voz lo que pide y para cuantas familias. Debe también dar sobre estas familias las esplicaciones y noticias necesarias cuando sea invitado a ello. Los auxilios deben ser suministrados exactamente á los pobres en el intérvalo de una sección á otra. La elección del momento, el numero y modo de estas vi- sitas queda ála prudencia de cada miem- bro , como también las medidas que se deben tomar para introducir en las fa- milias el amor de la religión y la prác- tica de sus deberes. Se deber escuchar con amor y bene- volencia á los que piden algunas reglas de conducta ó consejos en casos árduos, y el Presidente ó cualquiera otro miem- bro dá las respuestas que le sugieren su experiencia y caridad. ¿1. Si piden socorros pecuniarios, ves- . , , , ihros los motivos de estas pe- ticiones deben ser discutidas , y la Con- ^'cítóado W) es posible evitar un d° n en •rsíís en procuiar * P ¿ hacer que los ^Ninguna familia nueva ¿Aceptada, sus necesidades, cosa que . v r0 ^ Secretario ó cualquiera otro mem q „¡enelPmeiaentelmeon«o'ltem pi presentar las observaciones que créa convenientes. — 58 — 23. Los miembros que llegan á dejar momentáneamente ó para siempre, el puesto que tienen en la Conferencia, dan aviso al Presidente, quien confía a otros las obras de que estaba encar- gado. 24. La Conferencia procede enseguida a todas las observaciones que interesan su mantenimiento, su aumento , y la buena distribución de los socorros. 25. Al fin de la sesión, y ántes de la oración, el Tesorero hace la colecta, á la que cada miembro contribuye con una dádiva proporcionada á su fortuna, em- pero siempre secretamente. Los que no pueden consagrar el tiempo al servicio de los pobres, procuran hacer un sacri- ficio pecuniario algo mas grande. ^ producto de la colecta es destinado a hacer frente á las necesidades de las familias visitadas ; mas los miembros no deben omitir medio alguno de. cuantos puedan contribuir & aumentar los fondos de 26.°Cierrase la sesión por medio déla . j c an Vicente de Paul , y *-<*«*•->** tuum 'presidium. CAPITULO II. SOBRE LOS CONSEJOS PARTICULARES. J*. El consejo partiente ¿e ro»o»- íSSSrs te MTSse)»P» rtic " 1,IMeI ” P !“f 1 óbm v disposiciones importantes las obras „ *■ , Conferencias que interesan a toda. ' de la villa- — 40 — 23. Este dispone del empleo de los fondos de la caja común. Esta caja es mantenida por Jos donati- Chafen°í ^ P ° r las colectas hechas en las asambleas generales de la t „ “ 7 por las ofertas que los Presiden- ta defnl 3 f TO í f tisfacer Jas a tenciones de las obras de la villa y á sostener las Conferencias mas pobres. 30. El Presidente, Vice-Presidente el Secretario y el Tesorero forman un Consejo ordinario á quien incumbe la neccion de los negocios corrientes. 31. El Presidente es nombrado por < , f° nSeJ0 ’ entendido el parecer de las Conferencias. La primera vez, es nom- ado por las Conferencias reunidas. El Presidente nombra los Presidentes cías t .r reSÍdenteS de las Confer en- «as y obras particulares, como también - 41 — ,, Yice-Presidente , al Secretario y Te- JZu Consejo F«f tando por supuesto, en todo nombra miento! el parecer del Consejo. qc> El Presidente del Consejo pa ticuíar dirige sus operaciones i reci e y presto ^13-^ las vocación, si hay lugar, y V asambleas generales de la loe jid . . n-j El Secretario forma el proceso verbal de las sesiones del Consejo. Tiene ■mil litación de los nombres, apellidos, profesión y domicilip de los miembros de todas las Conferencias déla vilk, de la fecha de su admisión y d ® 1 n0 “ de los que los han presentado. Toma también una nota del país a que perte- necen aquellos que no habitan CÍ tf El Tesorero tiene la caja común 'lltos Presidentes y Vice-Presiden- — 42 — tes de las Conferencias representan estas en el Consejo particular. Los Presiden- tes de ks obras especiales concurren á sostenerlos intereses de estas obras. Los unos y los otros dan sus esplicaciones cuando el Presidente les invita á ello CAPITULO III. DÉL CONSEJO GENERA!. 36. El Consejo general se compone de un Presidente, de un Vice-pJesl dente, de un Secretario, de un Teso- rero y de varios Consejeros. , E! . Consejo general es el lazo de todas las Conferencias; mantiene Ja «mon de I» Sociedad , ; e |„ á ¡2 ¡‘ Para ello t 3 ™? 431, SU P ros P eri dad. lo toma las decisiones que J e parecen útiles. J Je 38. Dispone del uso de los fondos 1 9 C3Ja centraL Esta caja está soste- — 45 — nida por ios dones extraordinarios he- chos á la Sociedad , por las colectas hechas en las asambleas generales de la Sociedad, y por lo que envía cada Con- ferencia ó Consejo para concurrir a los gastos generales de la Sociedad. 39. Los miembros del Consejo ge- neral son nombrados por el Presiden e , salvo el parecer del Consejo. 40. Cuando hay que proceder al non bramiento de un Presidente general de la Sociedad, el Vice-P residente con- voca el Consejo general. Esta sesión, que no es mas que preparatoria, es consa- grada á concertarse sobre la persona q puede ser encargada de esta función, antiguo Presidente, si vive, es mvi ado k indicar la persona que crea oportun elegir. , Una vez de acuerdo sobre uno o mu- chos nombres, el nombramiento es pro- rogado por dos meses. En este ínter- medio dáse parte á los Presidentes de los Consejos particulares de esta primera reunión, los cuales consultan sus cole- gas, a los de las Conferencias que con- sultan sus despachos, y aun las Confe- rencias que dirigen : todos envían su parecer al Consejo general, después de lo cual este consuma la elección, sobre la cual se forma un proceso verbal exacto. Mientras dura la elección , todos los miembros de la Sociedad dirigen sea en particular, sea en las sesiones, una sú- plica especial á Dios , el Veni , Cveator, á fin que su espíritu les ilumine en la elección que se proponen. 4 1. El Presidente general hace las convocaciones extraordinarias, preside las asambleas generales , como también el Consejo general. 42. Él Secretario general conserva una nota de los nombres, apellidos, profesión, domicilio y fechas de la re- cepción de cada miembro; tiene igual- mente apuntación de los despachos d los Consejos ó Conferencias, y de los «.¿tejí»» Forma lo» P»»»»» “ sesiones del Consejo general, y de la. asambleas generales. i te Redacta el parte anual concerniente al estado de las obras de la Sociedad. Está encargado de la correspondencia v^ol ron los Presidentes o Secreta §os particulares de diferentes Consejos ° Guarda los archivos de hi Sociedad . 43. El Tesorero general tiene la ] , arregla las entradas y salidas, y a SX^lUio general -es encargado por el *** ni de la presidencia del Consejo Parlad si iwpucde presidirlo él m'smo, — 46 - muchos do entre ellos, bajo propuesta del Secretario general , son nombrados para llenar las funciones de Vice-Secre- tarios* CAPITULO IV. asambleas generales. 4d. Las asambleas generales se cele- ban todos los años, el 8 de Diciembre, dia de la Concepción de la Santísima Virgen, el primer domingo de Cua- resma, el domingo del Buen Pastor, aniversario de la translación de las reli- quias de san Vicente de Paul , y el 19 de Julio, dia de la fiesta de este santo Patrón. El Presidente puede ademas convocar las asambleas generales extraordinarias. 46. Las asambleas generales princi- pian, como las Conferencias, por la oración y lectura de piedad. — 47 - 47. Después de haber leído el pro- ceso verbal de la sesión precedente , el Secretario llama en alta voz , a los miembros recibidos en las diferentes Conferencias á contar de la última asam- blea general , y cuyos nombres e han sido remitidos á este efecto por los va- rios Presidentes. Estos miembros se le- vantan ; el Secretario los presenta a la Sociedad y al Presidente, el cual les di- rige una corta alocución. 48 . Los Presidentes de las Conferen- cias dan sus partes sobre el estado de estas Conferencias. . . Un extracto sumario del parte, indi- cando el movimiento de los miembros , de las familias pobres, el resultado de las entradas y salidas , y su naturaleza, es puesto á la disposición del Secretario. 49. El Secretario lee las cartas en- viadas por las diferentes Conferencias, que no han podido hacerse representar, — .48 — lée también los extractos de otras cartas que pueden interesar la Sociedad. 50. El Presidente hace saber en se- guida las decisiones tomadas por el Consejo de dirección en el ínteres de la Sociedad, y consulta , si hay lugar, la asamblea misma. , , 54 El Presidente , ó el miembro de la Sociedad que él designa dirige á la asamblea algunas palabras de exhorta- cion cristiana y caritativa. La Sociedad se crée dichosa, cuando personas recomendables por su carácter, por su virtud y por su ciencia quieren en virtud de invitación del Presiden , asistir á la sesión general, y termi- narla , como se ha dicho, por algún palabras edificantes. 52. Sepárase la asamblea, después de la colecta, y dicha la oración de eos- tumbre. — 49 - CAPITULO V: DE LOS DIFERENTES MIEMBROS DE LA SOCIEDAD. 53. Ademas de los miembros activos, la Sociedad tiene miembros correspon- sales, miembros honorarios y suscri- tores. 54. Cuando un miembro de la So- ciedad cambia de domicilio, si es que no hay Conferencia de San Vicente de Paul , en la ciudad en que va á estable- cerse , no por esto deja la Sociedad ; toma el título de miembro corresponsal, se pone en comunicación con la Confe- rencia ó las Conferencias de la villa de su diócesis la mas inmediata á su resi- dencia, y corresponde con el Secretario del Consejo ó de la Conferencia de esta ciudad. Cuando no hay Conferencia en — 50 — su diócesis , se entiende con el Secretario general. Recibe anualmente una razón sobre las obras de la Sociedad, se une á ella por medio de la oración , y de las buenas obras y procura practicar las obras de caridad , siendo útil á la Sociedad siem- pre y cuando se presente la ocasión. 55. Los miembros honorarios no asis- ten á las Conferencias. Son compren- didos como los miembros ordinarios en todas las convocaciones que se hacen fuera de las sesiones ordinarias de las Conferencias. Deben enviar cada ano una oferta particular al Tesorero del Consejo ó de la Conferencia de la ciu- da< La recepción de los miembros hono- rarios se hace en la misma forma que la de los miembros ordinarios , y por el Consejo particular dejas ciudades donde hay establecidas muchas Conferencia.. M — 51 — 56. Cada Conferencia puede tener ademas simples suscritores. * Estos no son miembros de la Socie- dad, pero tienen derecho á gozar de sus ruegos, y del título de bienhe- chores. CAPITULO VI. DE LAS FIESTAS DE LA SOCIEDAD. 57. La Sociedad celebra la fiesta de la Inmaculada Concepción de la San- tísima Virgen, y la de San Vicente de Paul, su Patrón. Las Conferencias asisten á la misa el 8 de Diciembre y el 19 de Julio, y también el dia del aniversario de la translación de las reliquias de San Vi- cente de Paul. Los miembros ruegan en estos dias de fiesta , por la prosperidad de la fe cató- lica, por el aumento de la caridad en- — 52 — tre los hombres , y para atraer la bendi- ción de Dios sobre la obra de que hacen parte. Si algún miembro se halla ausente o imposibilitado, se une á lo menos de intención á sus hermanos, y ruega por ellos , como ellos ruegan por él. 58. El dia que sigue el de la asam- blea general de la Cuaresma, todos los miembros de la Sociedad asisten en cor- poración á la misa de Réquiem que se celebra en su ciudad por el reposo de las almas de los miembros difuntos de la Sociedad. OBSERVACION. 59. Ninguna de las obligaciones im- puestas por este reglamento constituye cargo de conciencia. Empero la Sociedad confía el cumplimiento de ellas al celo de sus miembros , y á su amor por Dios y por el prójimo. Observando estas reglas que hasta aquí no habian sido mas que simples usos es como los jóvenes cristianos que forman parte de la Sociedad de San Vicente de Paul han llegado á obtener este doble objeto : Aprender á conocerse y á amarse en- tre ellos ; Aprender á conocer, amar y servir los pobres de Jesucristo. La fundación de las Conferencias par- ticulares no ha servido en manera alguna de obstáculo ahcumpl imiento de este do- ble objeto de intimidad cristiana, mas bien al contrario , ha podido fomentarle entre los miembros de una misma sec- ción , que entre los miembros reunidos de la Sociedad. Jamas se está tan solo , nunca tan perdido y agitado como en la muchedumbre , y las grandes asambleas se parecen á la turba que vemos agitarse, y pasar sin interesarnos, y sin que ella se interese por nosotros. Por otra parte, nosotros correspondemos de cuando en cuando con las Conferencias ausentes. Las de la ciudad se reúnen ; estas reuniones y estas cartas estrechan mas y mas nues- tros lazos. Ni la distancia, ni ningún otro obstáculo pueden embarazar la amis- tad, cuando esta se funda sobre las bases de la oración y de la caridad. Ánimo pues l Reunidos ó separados , de cerca ó de lejos , amémonos , amemos y sirvamos á los pobres; amemos esta pequeña Sociedad que nos ha valido el bien de conocernos los unos á los otros , que nos ha mostrado el camino de una vida mas caritativa y cristiana. Amemos nuestros usos , amemos nuestras reglas , V creamos que guardándolas fielmente , nos guardaran y guardaran nuestra obra. Hácese mucho mal, decía un santo sacerdote, á otra sociedad de caridad , hagamos pues un poco de bien. Oh ! y cuanto nos felicitaremos un día de no haber pasado inutilmense los dias de nuestra juventud ! La juventud es un campo que es preciso segar. No le atra- vesemos pues rápidamente y sin pensar en el porvenir ; miremos al rededor de nosotros , recojamos con cuidado las es- pigas que veamos á nuestros piés, haga- mos un poco de bien , este bien será nuestra provisión para la vida y de aquí nos resultará un gran provecho ante el Señor. INDULGENCIAS ACORDADAS A LA SOCIEDAD DE SAN VICENTE DI PAUL y A IOS BIENHECHORES DE ESTA SOCIEDAD por las dos Bulas de S. S. EL PAPA GREGORIO XVI, con fechas del 10 de Enero y 12 de Agosto de 1345, PÁRRAFO I . Indulgencias concedidas á los miembros de la Sociedad . Una indulgencia plenaria que puede ganarse todos los meses lia sido conce- dida á todos los miembros activos del Consejo general y á los de los Consejos particulares sea de París ó de otras ciu- dades , con tal que después de haberse confesado y comulgado, hayan asistido á todas las reuniones de su Consejo, ó á trés de las cuatro reuniones que se hacen al mes. Igual indulgencia es concedida Cada mes á todos los miembros activos de la Sociedad, comprendidos los Consejeros y demas de que se ha tratado que hubie- sen ya ganado la indulgencia susodicha, con tal que verdaderamente contritos, se hayan confesado y recibido la 'Santa Co- munión, y asistido á todas las asambleas ó Conferencias, ó á trés de las cuatro que mensualmente se celebran. Se concede una indulgencia plenaria á todos los que contritos , confesados y comulgados, son admitidos en la Socie- dad el dia en que sean recibidos en los diferentes grados activos, de miembro aspirante; de miembro ordinario, de — 58 - miembro de un Consejo particular, y de miembro del Consejo general. Todos los miembros, sea activos , sea honorarios, pueden ganar una indul- gencia plenaria en las fiestas de la In- maculada Concepción de la Santísima Virgen, de San Vicente de Paul, el se- gundo domingo de Pascua, y el lunes posterior al primer domingo de Cua- resma , con tal que después de confesa- dos reciban la Santa Comunión en la misa que la Sociedad celebra en aquellos dias y hayan asistido á la asamblea ge- neral que tiene lugar en la mencionada época. Se concede una indulgencia plenaria á los miembros de la Sociedad que en el artículo de la muerte y verdadera- mente arrepentidos , se confiesen , v si no pudiesen hacerlo, si contritos invo- can devotamente el dulce nombre de Je- sús , si no de boca al menos de corazón , — 59 — y aceptaren la muerte de la mano de Dios con paciencia y animosa resigna- ción , y como es la pena del pecado. Una indulgencia plenaria de siete años y siete cuarentenas á los miembros activos, siempre que con corazón con- trito visitáren una Conferencia , una fa- milia pobre , las escuelas ó talleres de los pobres ó hiciesen alguna otra buena obra , según el espíritu de la Sociedad. Podran igualmente ganar esta indulgen- cia cada vez que asistan al santo sacrifi- cio de la misa celebrada por el reposo del alma de algún asociado , y acompa- ñen los restos mortales de los pobres á la sepultura eclesiástica. Estas indulgencias son aplicables á las almas del purgatorio. Todas estas indulgencias pueden ser ganadas por los asociados que habitan en lugares en que no hay todavía Con- ferencia establecida, cuando cumplen en - 60 - cuanto les es posible las obras acostum- bradas y llenan las demas condiciones prescritas, PARRAFO 2 . Indulgencias concedidas á los bienhe- chores de la Sociedad . I o Indulgencia plenaria y perdón de todos sus pecados ganable una vez cada més á todos y á cada uno de los fieles de ambos sexos que remitan regular- mente al Consejo general, una limosna determinada, si contritos y confesados hubiesen recibido la Santa Comunión. 2 o Una indulgencia de siete años y siete cuarentenas una vez por cada més á to- dos los fieles de ambos sexos que trans- mitan regularmente una limosna seme- jante determinada á los Consejos parti- culares de las provincias ó ciudades esta- blecidas por el Consejo general. - 61 - 3 o Una indulgencia de un año una vez cada mes á todos los fieles de am- bos sexos que por via de suscripción ó de otro modo se empeñasen á dar regu- larmente alguna limosna determinada á las Conferencias aprobadas sea por el Consejo general ó bien por los Consejos particulares delegados para esto compe- tentemente. 4 o Una indulgencia de siete años y siete cuarentenas una vez por més á t5- dos los fieles de ambos sexos que reco- jiesen limosnas para el Consejo general ó para los Consejos particulares. 5 o Finalmente , ha sido también con- cedida á los bienhechores de la Sociedad, una indulgencia plenaria en el artículo de la muerte con tal que verdadera- mente arrepentidos y confesados , y, si no pudieren confesarse, si al menos con- tritos invocasen devotamente el nombre de Jesús de boca, si les es posible, y, si ¿S-ioío “ «2 — Ma* |%:T no, de corazón, y acceptasen de la mano de Dios la muerte con ánimo y pacien- cia, como en expiación de la pena de sus pecados. Reconocido conforme á las Bulas Ro- rnanutn decet Pontificem del 10 de Enero de 1845, y Cum Societatem del 12 de Agosto del mismo año. Firmado L. BUQUET, Vicario genera!. París, P2 de Febrero 1846. )O-O-0- 0 -OO -O -«0>- o -- --0--<3>--cS* -«5» O O OOO OOO O OOO OOO O O O O- ., -o Q > O o- O O O 0-0 -O 0-000 O. o O 0-0 0-0000000 i r o ¡ ❖ o o • o ❖ • o o «? o < 0 » o o «?> -o o ❖ o «o $ ■ 4 «$> @00-00000-0000-00 o ooooooooooo oo @ ■■■